No se si la pornografía cuente como género cinematográfico, pero en todo caso debería. No soy un gran consumidor de videos sexuales, pero sí me gustaría producir uno. Mejor dicho: me gustaría dirigir uno, pero uno rico estéticamente. No hablo de cine erótico, suave y políticamente correcto. Hablo del cine que 'explícitamente muestra el acto sexual y cuyo propósito es excitar al espectador'. Hablo de hacer porno, de ese que nos convierte en objetos sexuales y asusta a las feministas aburridas.
Obviamente siempre es mejor jugar al fútbol que ver el fútbol, pero la razón primordial por la que no soy tan fan de la pornografía, es porque la gran mayoría es pésima. Desde mi perspectiva, una película porno debería ser algo más que un grupo de personas tirando. Tiene que tener algo que llame la atención, algo que realmente inspire lujuria. Ver a Aletta Ocean vestida de enfermera, haciendo lo mismo que ya la vi haciendo vestida de profesora, empieza a ser aburrido.
Cinematográficamente la gran mayoría de films que vienen de San Fernando Valley, son tan interesantes como cualquier novela venezolana. Y los videos amateurs, equivalen al video de tu cumpleaños: a menos que seas tú la que participa en el Bukkake, no hay nada lo suficientemente lascivo.
No estoy hablando de historias. Meterle 'trama' a una porno, es uno de los más fallidos intentos de volverla atractiva. Creo que nadie recuerda de qué tratan las películas de Tinto Brass pero todos recuerdan lo excitantes que son. Eso se debe a cómo manejaba la fotografía, la puesta en escena y sobre todo la edición. Siempre se dice que si un director no siente el mise en scéne, es mejor que ni agarre la cámara. Yo creo que en el cine sexual eso también se debería aplicar.
Me gustaría grabar una porno como las de Andrew Blake. Él logra transmitir el erotismo en sus películas de la manera que quiere según la situación y eso convierte un simple coito en algo espectacular. Es decir: digno de un espectáculo, digno de salir en la pantalla grande. Ese es el éxito de una buena porno.
Directores que logran esto, son pocos. Mike Flirt, director de Beautiful Porn y The Art of Blowjob, en una entrevista para Sin2.0 declaró que "la magia de hacer cine está en la profundidad de campo, lentes y luces. Y la mayoría del contenido producido allá afuera, solamente usa una videocámara regular y se olvidan de toda la parte artística que debería ir detrás."
Directores que logran esto, son pocos. Mike Flirt, director de Beautiful Porn y The Art of Blowjob, en una entrevista para Sin2.0 declaró que "la magia de hacer cine está en la profundidad de campo, lentes y luces. Y la mayoría del contenido producido allá afuera, solamente usa una videocámara regular y se olvidan de toda la parte artística que debería ir detrás."
Erika Lust es otra directora que admiro. Aunque no se por qué declara que su cine es para mujeres, su película "Cinco historias para ellas" me pareció bastante buena. Líbido puro. Muy bien producida, por supuesto muy bien dirigida y fue una de las primeras películas que me demostraron que se podía hacer porno y arte a la vez.
Ella también maneja LustCinema donde intentan darle difusión a una pornografía diferente, no tan escasa al parecer. Encontramos ahí cosas bastante interesantes y directores nuevos, con nuevas propuestas; de esas que gustan a los crápulas. Incluso entre los directores que participan está María Beatty, una de las más reconocidas realizadoras de cine de autor, erótico y fetichista.
Ver porno es el voyeurismo cobarde. Hacer porno debe ser el voyeurismo solidario. Sentarse a observar, meticulosa y pacientemente, sin participar, cómo follan tus amigos para luego compartirlo. Y contarlo con tino, igual como se debe contar cualquier historia para no matarla por más asombrosa que sea. Videos como los de X-Art equivalen a que te lo cuente un poeta, sentado en primera fila, sin esos planos de documental médico a los que nos acostumbró Penthouse.
No recuerdo quién fue que dijo que no importa lo que se grabe, sino cómo se lo graba. ¿Has visto alguna vez el teaser de I Feel Myself? Son sólo mujeres masturbándose, la forma como está construido el video es lo que lo vuelve exquisito.
Ver porno es el voyeurismo cobarde. Hacer porno debe ser el voyeurismo solidario. Sentarse a observar, meticulosa y pacientemente, sin participar, cómo follan tus amigos para luego compartirlo. Y contarlo con tino, igual como se debe contar cualquier historia para no matarla por más asombrosa que sea. Videos como los de X-Art equivalen a que te lo cuente un poeta, sentado en primera fila, sin esos planos de documental médico a los que nos acostumbró Penthouse.
No recuerdo quién fue que dijo que no importa lo que se grabe, sino cómo se lo graba. ¿Has visto alguna vez el teaser de I Feel Myself? Son sólo mujeres masturbándose, la forma como está construido el video es lo que lo vuelve exquisito.
Este es el porno que me gustaría grabar. Ya sea sexo puro y natural, o el más salvaje BDSM; lo importante es la perspectiva cómo se lo mira, la iluminación, el montaje, el tratamiento. El arte que va detrás del video es lo importante. Me gustaría grabar un porno diferente, ya que como alguna vez declaró Blake "el porno común, es anti-erótico".
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